Escena 1.- El conductor de un automóvil aparca impecablemente su vehículo, junto al acerado. El acompañante se dispone a salir y abre la puerta.  De pronto, un ciclista colisiona contra la puerta abierta y sale disparado. El carril-bici está sobre el acerado, justamente al lado del bordillo. ¿Quién tiene la culpa de este accidente?

a)      El ciclista, ya que circula por una zona en la que los pasajeros del automóvil tan solo confían encontrarse con viandantes que habrían advertido la apertura de la puerta y que, sin duda alguna, no habrían colisionado con ella. 

b)      El acompañante, ya que antes de abrir la puerta sobre la acera tendría que haber consultado su radar de bolsillo para prevenir la presencia de ciclistas a velocidades imprevisibles sobre el acerado (el carril-bici se encuentra sobre éste).

Escena 2.- Un autobús se detiene en su parada. Los pasajeros del autobús bajan con calma y confiados, puesto que descienden directamente sobre el acerado. Un pasajero, ya viandante, es atropellado por un ciclista. El carril-bici está sobre el acerado, próximo a la parada del autobús. ¿Quién tiene la culpa de este accidente?

a)      El ciclista, puesto que circula por una zona en la que los pasajeros del autobús, al apearse,  tan solo esperaban encontrarse con viandantes que habrían advertido su presencia y que marcharían a velocidades humanas de paseo, sin artilugios.

b)      El pasajero atropellado, ya que antes de bajarse del autobús, y a pesar de las prisas por apearse de los que vienen detrás, debería haber mirado a derecha e izquierda para prevenir la presencia de ciclistas a velocidades imprevisibles sobre el acerado (el carril-bici se encuentra sobre éste).

Escena 3.- Un automovilista se aproxima a un paso de peatones (paso cebra) con semáforo en ámbar intermitente o sin semáforo. No advierte la presencia de peatones aproximándose al paso cebra, con intención de cruzarlo, por lo que continua su marcha normal. De pronto, un ciclista irrumpe a 30 km/h (8 m/s) sobre el paso cebra y es atropellado por el automóvil o colisiona con el lateral de éste.  ¿Quién tiene la culpa de este accidente?

a)      El ciclista que circula por una zona reservada para el paso de peatones en la que el automovilista (y cualquiera) tan solo prevé encontrarse con viandantes andando a velocidades humanas normales, sin artilugios, en lugar de con un artefacto tripulado que irrumpe intempestivamente en la calzada, saliendo de no se sabe donde. El ciclista debería haberse apeado de su máquina y haber cruzado el paso de cebra como peatón, tras cerciorarse de poder hacerlo sin peligro (aunque tenga la prioridad, más vale ser precavido).

b)      El automovilista, ya que debe disponer de poderes sobrehumanos para anticiparse a la irrupción del cualquier vehículo tripulado (en este caso, una bicicleta) sobre la calzada, incluso proveniente del acerado. Así que lo que debería hacer el automovilista es pararse al llegar ante cada paso de cebra, bajarse de su automóvil, subirse en el techo del mismo, otear la presencia de ciclistas en el horizonte en un radio no inferior en el que empleará en poner de nuevo en marcha su automóvil y atravesar tan peligroso paraje (peligroso por la presencia de ciclistas, no de peatones).

 Escena 4.- Peatones que invaden los carriles bici, por razones varias: Acceder al paso de peatones para cruzar la calzada, llevar al perrito al otro lado del carril-bici para que haga pipí en los alcorques de los árboles, mal estado del acerado sobre el que el cochecito del bebé o el carrito de la compra va dando botes (el carril-bici es lisito), suma estrechez del espacio reservado para peatones sobre el acerado (¡¡¡cómo si todo el acerado no fuese peatonal!!!) o incluso total ausencia de acerado peatonal (el carril-bici se lo ha comido todo), y un largo etcétera.

En caso de accidente, en el que puede salir gravemente dañados tanto el viandante como el ciclista, ¿quién tiene la culpa?

Grupo en Facebook de peatones en contra de los carriles-bici

Grupo en Facebook de peatones en contra de los carriles-bici.

a)      El ciclista que circula por una zona que los viandantes no tienen identificada con la peligrosa calzada, y en la que, a pesar de ello, los artilugios mecánico circulan a velocidades muy dispares con la de su andar. Sobre el carril-bici carecen de esa percepción, por estar estos integrados o próximos a las zonas peatonales. Así pues, el ciclista, como conductor de un vehículo, debe estar atento a estas intrusiones, al igual que debe estarlo el conductor de un vehículo motorizado, y evitar el atropello.

b)      El viandante, ya que debe joderse con que los ciclistas le arrebaten sus espacios naturales: las aceras, los parques, las calles estrechas (por las que sería imposible la circulación de automóviles), las zonas peatonales, los bulevares, las concentraciones humanas no mecanizadas (mercadillos, espectáculos en la vía pública, entradas/salidas de colegios,…) Así que en, cuanto oigan el ring-ring de un bici-energúmeno, seguido o no de un “s’aparten, coño”, lo que deben hacer los viandantes es pegar rápidamente el culo a la pared o al seto más cercano so riesgo de que se los lleven por delante esa gentuza de «tan buen rollito».

Supongamos el “caso muy improbable” (¡jeje!) de que la culpa sea del ciclista  y la “situación muy improbable” de que, después del accidente, éste no se dé a la fuga, como es habitual si el ciclista no ha quedado demasiado maltrecho. ¿Quién paga los platos rotos?

Click para ir a Bicilibre (presionar Mayusculas para abrir en nueva ventana)Evidentemente, el ciclista carece de Seguro Obligatorio de Responsabilidad Civil, puesto que no se le exige por ley (lo que ya de por si es un disparate). Así que tendría que responder de los daños a terceros con su patrimonio. Si no se ha dado a la fuga, para reclamarle el pago de daños, al no existir aseguradora a la que reclamar, hay que acudir a la denuncia en el juzgado, celebrar juicio con sus abogados, testigos, peritajes,… Si los daños no han sido cuantiosos, resulta más caro el collar que el perro, por lo que es mejor dejarlo correr. En caso contrario, el viandante, motorista, automovilista perjudicado lo tiene crudo para hacer valer su derecho y, encima, la opinión pública, animada por los media, lo acusarán de todo, menos bonito, porque estos bicicleteros, que no ciclistas, estos bici-energúmenos parece ser que tienen patente de corso en mor de la ecología, la sostenibilidad, la solidaridad, la saludabilidad, la convivencialidad,…  y toda la lista de ecolochorradas sostenibles en boga.

Instrucciones para peatones: Cómo circular por acerados con carril-bici.

Loor a los políticos y técnicos municipales que diseñan y ordenan la construcción de los carriles sobre el acerado, que toleran o “autorizan” a circular en bicicleta por las aceras y zonas peatonales, que promueven el uso de la bicicleta sin concienciar a los ciclistas de sus responsabilidades, que no penalizan sus infracciones, ni los obligan a identificarse para que no puedan eludirlas, que no les exigen un seguro de responsabilidad civil,… etcétera.

Vamos hacia el caos en carril bici.

 

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